Razón de ser-

viernes, 18 de febrero de 2011

Solo-

Arde el cielo en tus manos, quemas tan despacio mis sentimientos que no distingo si estoy muriendo; o estoy volviendo a nacer en esta mezcla de placer, y de dolor si se que no te tengo.
Me das tu cuerpo y tu pasión, pero jamás tendré tu corazón, porque tu vida ya tiene dueño
Aunque seas tan lejana, no puedo dejarte si yo te amo; prefiero esto a no tener nada. Debo dejar de preguntar que voy a hacer cuando no estás y disfrutar esto que siento ahora. Emborracharme de tu piel en este frío cuarto de un hotel donde eres mía por una hora.
Calla el beso sin tus labios, en cada regreso que trae el viento deshoja olvidos mi pensamiento. Tu sobra busco en la pared y no descubro amanecer cuando tu ausencia vive en mi silencio. Me ahoga el frío, el ardor y este rocío en mi habitación donde agoniza mi desconsuelo.
Vuela libre lo pasado, otra luna escribe lo que soñamos entre lo absurdo y lo imaginario. En un instante de pasión nos despojamos del dolor y del secreto donde nos amamos. El mundo es sólo una ilusión como un milagro sin explicación entristecido si nos dejamos.
Pero te vas de aquí, y yo me quedo así; sangrando mi espíritu en un papel, bebiendo el vino de la soledad. Sabrá mi tiempo de transcurrir, pero de olvidarte jamás sabrá.
Abel Pintos.

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